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Solicitamos a gobiernos y legisladores que se abstengan, durante dos años, de impulsar cambios normativos sin análisis previo y sin informe de impacto a pymes

Panés: “pedimos empatía política y una tregua de dos años para que las pymes y los autónomos podamos tomar aire. Necesitamos seguridad jurídica para poder mantener la viabilidad de nuestras empresas y por tanto, reclamamos simplificación administrativa y estabilidad normativa”.

Esta semana el presidente de la Cecot, Xavier Panés, ha trasladado y compartido con los profesionales de los medios de comunicación la situación, retos, perspectivas y visión de las empresas y autónomos catalanes para este año 2023. Lo ha hecho en el marco del encuentro anual que la entidad mantiene con los medios y que este año ha podido volver a organizarse de manera presencial a la sede de la Cecot.

En el encuentro también han participado los vicepresidentes de la Cecot, Carlos Garriga y Toni Palet; la presidenta del Círculo de Jóvenes Empresarios, Ninna Torres; el presidente de la Comisión de Energía, Josep Rull; el presidente de la Agrupación de Asociaciones de Polígonos Industriales, Jordi Vilar; el presidente de la Asociación Catalana de Corredores y Correduries de Seguros, Paco Hoya; los miembros de la junta directiva de la Cecot Josep Ma Domènech y Nuria Forcada, así como Oriol Alba, secretario general de la entidad.

En su intervención inicial Panés ha recordado que “la Cecot no es nada más y nada menos que un conector del ecosistema empresarial y un instrumento de canalización de mensaje empresarial hacia la sociedad y hacia los estamentos públicos. Me gusta definirnos como una entidad totalmente implicada con el desarrollo social y económico de nuestro entorno y reivindicarnos como un instrumento clave para estructurar la sociedad civil”.

En la sesión también han participado asesores de la entidad y expertos en materias como la fiscalidad, el ámbito laboral, energía o márgenes y rentabilidad como ejes que marcarán buena parte de la acción patronal de la Cecot para el 2023. Estas personas han sido Sebastià García, asesor en gestión económica, costes, márgenes y rentabilidad; Enric Rius, asesor fiscal y presidente de Autcat - Organización de Autónomos de Cataluña; Josep Casas, director de la Oficina para la Transición Energética y Àngel Buxó, presidente del Club Cecot de Recursos Humanos.

 

¿Cómo hemos vivido las empresas y los autónomos de la Cecot, el último año?

En enero de 2022 estábamos inmersos en una nueva oleada de contagios por Covid19 y, por lo tanto, las consecuencias económicas y sociales derivadas del impacto de la pandemia se han mantenido.

A nivel empresarial, nuestras empresas asociadas han reiterado en todas y cada una de las reuniones de junta directiva del 2022 las dificultades que tenían por el sobre endeudamiento, sumado al impacto del incremento de materias primas, a las dificultades de suministros de componentes electrónicos como por ejemplo chips, a un incremento desmesurado de la energía y el mes de febrero estallaba el conflicto Rusia-Ucrania aportando más incertidumbres geo-estratégicas al ya complicado día a día empresarial.

Durante el ejercicio, las empresas medianas y grandes pudieron retardar el incremento de precios a cliente o consumidor final a expensas de su margen pero, óbviamente, esto tiene un recorrido limitado y las pequeñas y medianas empresas empezaron a repercutir subidas de precios e, incluso, redujeron producciones. Desgraciadamente las empresas más pequeñas, las microempresas, han sido y son las que más impacto negativo soportan porque no tienen tanto margen de resiliencia económica para hacer frente a tantos efectos económicos sobrevenidos. “Y es aquí, en esta franja de medias y pequeñas empresas dónde desde la Cecot hemos reforzado el acompañamiento”.

El Plan Estratégico de la Cecot, aprobado en asamblea el 2022, prioriza la acción hacia los colectivos empresariales que representa y reorganiza la estructura para mejorar la proximidad y el acompañamiento a las pymes. “El HelpEmpresa es un claro ejemplo del tipo de soluciones que estamos desarrollando para ayudar las pymes a su viabilidad presente y, sobre todo, futura. No solo no nos podemos permitir perder tejido empresarial sino que tenemos que ayudarlo a consolidarse y crecer. Esta es la clave, ayudar nuestras empresas, sobre todo dentro del sector industrial, a crecer. Digo sector industrial porque nos hay que equilibrar nuestro modelo productivo con un sector menos volátil como lo puede ser el turismo”, trasladó Xavier Panés a los medios de comunicación, quien hizo referencia a otro ejemplo de solución que se está desarrollando para las empresas, como lo es “toda la tarea que hemos impulsado durante el 2022 en términos de transición energética para ayudar las industrias y las empresas de consumo intensivo de energía a reducir su factura eléctrica y ayudarlas en la autogeneración y autoconsumo energético”.

 

¿Cómo prevemos el 2023?

Volvemos a tener un contexto economicosocial y geopolítico totalmente en movimiento y cambiante y, por lo tanto, con un alto grado de incertidumbre que perjudica y dificulta la toma de decisiones por parte de los gestores empresariales. Tenemos sobre la mesa un día a día táctico que dificulta la definición de estrategias a medio plazo y la realización de previsiones realistas.

A grandes rasgos, este año nos encontraremos con una situación de inestabilidad geo-política; una perspectiva de moderación económica, derivada de la inflación; unos precios de la energía y de los alimentos altos y cierta inestabilidad política por los procesos electorales que tendremos en el ámbito municipal y en las elecciones generales.

Pero también veremos nuevos modelos de producción más orientados a la integración vertical, cadenas de valor global porque las empresas empiezan a implementar modelos menos dependientes de terceros proveedores. Lo que llamamos “soberanía industrial”. Así que si las administraciones nos acompañan, podremos ver algunas reindustrializaciones locales este año y un incremento del sector logístico. En este sentido, parece que el sector industrial vuelve a estar a la agenda de nuestros políticos este 2023, “cosa que celebramos puesto que la Cecot tiene sus orígenes en la industria y apuesta por impulsar un sector que comporta un tipo de actividad económica y de ocupación más estable en los territorios que la que tienen otros sectores más volátiles como el turismo”.

A pesar de la dinámica de moderación económica que marcará en 2023 sí creemos importante no entrar en una espiral negativa y de desafección porque hay aspectos que, en buena medida, podemos mejorar. Necesitamos buscar puntos de estabilidad que permitan establecer  certidumbre para poder ayudar a mantener la actividad y la viabilidad de nuestras empresas.

 

Pedimos una tregua jurídica de dos años que nos permita tomar aire y respirar. 

Por todo esto, proponemos en gobiernos y legisladores que se abstengan, durante dos años, de impulsar cambios normativos a no ser que estén previamente analizados, que vayan acompañados de un estudio de impacto real que ese cambio va a tener sobre el tejido pyme; que estén contrastados con los sectores afectados y, finalmente y muy importante, que estén redactados con total concreción y claridad. Es una propuesta que está al alcance de las administraciones, así que es una cuestión de voluntad político-administrativa.

Para poner dos ejemplos recientes: la implantación del nuevo impuesto al plástico o la eliminación del IVA para determinados productos que está generado caos administrativo e inseguridad jurídica entre las empresas. No dejan de publicarse nuevas directrices para corregir casuísticas derivadas de esta implementación a diario. Las empresas acaban destinando más recursos y tiempo a la gestión administrativa que a producir.

Desde la Cecot continuamos reclamando más empatía política y simplificación administrativa para hacer que las empresas no solo mantengan su actividad sino que esta actividad crezca y repercuta en el territorio.

El economista del Banco de España, Joan S. Mora-Sanguinetti ha publicado un informe que cuantifica en 411.804 las normas aprobadas en España en el periodo 1979-2021 y analiza su impacto. Lo que es relevante, según este economista, es que la complejidad en la regulación española tiene implicaciones negativas tanto para la economía como para la sociedad.

En el informe Ostrom sobre facilitación de la actividad empresarial que presentaron en el mes de octubre también se recoge que la proliferación de leyes, decretos y normativas que prohíben, limitan o dificultan determinadas actividades empresariales son un escollo relevante para el despliegue de proyectos industriales en Cataluña. El coste del desempeño de estas cargas tiene un efecto económico en términos de PIB muy destacable y Cataluña ha protagonizado un exceso de implantación de trámites administrativos que llevan asociados largos plazos de tramitación para la obtención de licencias de actividad, urbanísticas o de legalización hacia la normativa de incendios, o las múltiples tramitaciones en gestión de residuos en función de cada municipio. “Y nuestras empresas su testigos directos de esta realidad”.

A pesar del enorme grado de resiliencia que ha demostrado nuestra industria y las empresas catalanas durante el 2022 (indicadores de PIB o exportaciones...) estamos llegando a límites de agotamiento, poniendo en peligro su viabilidad. Hace falta que las administraciones empiecen a actuar de manera más coordinada con los agentes económicos para potenciar y hacer crecer el tejido empresarial. El cierre de una empresa acaba repercutiendo a toda la sociedad y tenemos que empezar a ser socialmente conscientes de las implicaciones globales que conlleva.

 

Que no nos de vergüenza decir en voz alta soy empresario, soy empresaria.

Tanto en el ámbito de los medios de comunicación como en los discursos públicos se tiende a una excesiva generalización sobre la realidad empresarial y a una demonización pública de la figura del empresario o empresaria hasta el punto que, la persona que tiene una empresa, que arriesga su vivienda, que no tiene ningún tipo de ayuda si falla el negocio, que no recibirá ningún subsidio a diferencia de sus trabajadores, y que además se queda con deudas, esta persona no se percibe a sí misma como empresaria. Y lo es. “Y mi reto es que al final de mi mandato gane adeptos e incremente el número de personas a quienes no les dé vergüenza decir: tengo un taller, tengo una floristería, tengo una industria, tengo un despacho y Soy empresario o Soy Empresaria”, ha concluido el presidente de la Cecot.